Espacio: en una pandemia mundial, cambio hacia la educación espacial online

El aprendizaje online ha sido durante décadas un pilar de la educación moderna (Harasim,2000). Se ha aconsejado que las escuelas y universidades ofrezcan más posibilidades de educación on-line para que el alumnado participe en el aprendizaje en tiempo real y sincrónico, así como en el aprendizaje asincrónico fuera de línea mucho antes del inicio de la pandemia (Nieuwoudt, 2020). Sin embargo, la llegada de la pandemia anunció una nueva era en el compromiso de la ciencia online. Esto fue especialmente relevante en el ámbito de la educación espacial, que en los últimos años ha crecido enormemente con la difusión de los proyectos paneuropeos en los que participan jóvenes. La pandemia supuso un cambio radical en la ejecución de este tipo de proyectos, con casi todas las actividades, en lugar de formas más tradicionales de participación pública. Este cambio hacia el compromiso en línea hace que el ámbito de la educación espacial esté en la fase crítica del desarrollo. Es obvio que tanto la educación formal como la informal pueden jugar un papel importante en el compromiso de los jóvenes con la ciencia espacial y la astronomía (Anjos y Carvalho, 2020). La difuminación de las fronteras entre la educación formal y la educación no oficial, provocada por la pandemia, permite al ámbito de la educación espacial considerar el desarrollo futuro. Con el crecimiento de los proyectos, las iniciativas y la financiación, la educación espacial podía alcanzar una masa crítica que ahora puede ser reconocida como una disciplina diferente, como un campo de investigación y práctica. Ello redundaría en beneficio de ser capaz de afrontar los retos específicos del espacio, como la eliminación de “barreras intangibles en el camino de la inclusión” (Russo et al., 2019, 19). Pág.) Alternativamente, manteniendo la capacidad de superar las fronteras disciplinarias, se vería que el ámbito de la educación espacial ofrece una mayor accesibilidad potencial para el compromiso público con la ciencia, lo que podría ser fundamental para contribuir a fomentar la confianza social en la ciencia a través de la crisis de la salud pública permanente. Sin embargo, es posible que el futuro de la educación espacial en un paisaje postpandémico esté relacionado con los avances en el compromiso en línea.

Una instrucción similar para la educación espacial y su posible adaptación a un entorno próximo a la pandemia es el desarrollo del campo de la ciencia ciudadana. La ciencia de los ciudadanos ha existido de una u otra manera para integrar la educación espacial (Roche et al., 2021b) y la naturaleza transdisciplinar en la educación formal (Roche et al., 2020) a la vez que han creado grandes retos. El punto de inflexión para la evolución de la ciencia moderna de los ciudadanos fue la adopción temprana del compromiso en línea, que lo transformó de un nicho de investigación y prácticas a un fenómeno global en el que millones de personas se implicaron (Bonney, 2014). En el caso del proyecto spaceEU, el traslado a un entorno en línea facilitó la identificación e implicación de los profesionales del mundo. La adecuada planificación y consideración de las zonas horarias hizo que los organizadores de los eventos no se limitaran a la experiencia local o estatal. La reducción de las necesidades de viaje permitió al equipo del proyecto cambiar la visión de algunos eventos para centrarse en las comunidades menos atendidas e introducir más idiomas. Al igual que en el caso de la ciencia ciudadana, la disponibilidad del lenguaje es imprescindible en cualquier compromiso científico de alto nivel, ya que los contextos culturales tendrán una gran influencia en la terminología (Eitzel et al., 2017).

Aunque las tecnologías on line pueden ayudar a los alumnos a sentir cierta normalidad en su experiencia de aprendizaje, para aquellos que luchan por los problemas de salud mental derivados de la pandemia, pueden crear problemas para que no puedan acceder a una infraestructura de banda ancha fiable o a un ordenador. Al igual que ha ocurrido durante mucho tiempo con el compromiso en línea, es posible que los alumnos con mayores necesidades de aprendizaje sean los que presentan mayores retos para lograr la igualdad de acceso (Barraket y Scott, 2001). Para que la educación espacial cumpla con la capacidad de reforzar la relación entre ciencia y sociedad, deberá superar la brecha digital y garantizar un marco social inclusivo del compromiso en línea (Ramsetty y Adams, 2020). La comunidad de educación espacial, como todos los espacios de participación pública que se llevaron on-line en una crisis de salud pública, tiene nuevas responsabilidades para comunicar la ciencia en épocas desconocidas. El primer reto se ha centrado en cómo proporcionar mejores y más justos accesos y ayudas al aprendizaje para quienes más lo necesitan (Retreko y otros, 2019).

Parte del artículo original publicado en Frontiers el 21 de julio de 2021.
Autores: Joseph Roche, Laura Bell, Mairéad Hurley, Grace D'Arcy, Brendan Owens, Aaron M Jensen, Eric A. Jensen, Jorge R. González, Pedro Russo.
Enlace: https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fenvs.2021.662947/full

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